El predio real del Inca Pachacuti
Este paraje mágico es llamado, la ciudad perdida de los incas, cuyo encanto fascina a los visitantes por ser además el sitio arqueológico más importante de América del Sur. Además, fue designado en 2006 " Hito internacional de la ingeniería civil" por los peruanos. En él pueden admirarse muchas maravillas evidentes de la arquitectura, metalurgia e industria textil de la cultura prehispánica para cualquier tipo de visitante, aunque para los profesionales de la ingeniería, son destacables los logros en materia hidrológica e hidráulica, realizados por una sociedad que no tuvo nunca un lenguaje escrito.
Vista aérea
Su construcción se inicio en el año 1450 y su declive culminó al colapsar el imperio inca hacia 1540. El incendio de 1562 le dio la puntilla, quedando completamente abandonado 10 años más tarde. Sorprende al visitante la escarpada orografía del terreno con elevadísimas, a veces verticales, pendientes, con suelos muy húmedos y resbaladizos sustentados en una placa de granito blanco muy resistente, lo que pone de manifiesto la dificultad de la construcción de la ciudadela y el riesgo enorme para la integridad física de los que participaron en ella. Las características del granito predominante, han permitido conservar hasta hoy la ciudadela, realizada con manpuestos con juntas verticales, de perfilado perfecto a pesar de no haber utilizado los canteros hierro ni acero.
Situada a 1400 Km al sur de la línea del Ecuador, en la vertiente oriental de los Andes y en la cuenca del Amazonas, el predio se extiende como una alfombra de 40 Km2 de superficie en la cúspide de un cerro de 500 m de pared vertical sobre el fondo del valle del río Urubamba, que rodea se perímetro por 3 de sus 4 lados. El cerro está vigilado desde arriba por dos prominentes cimas, Macchu Pichu (Pico Viejo en que chua), de 2.335 m de altura y Huayna Picchu (Pico Joven en quechua), de 2.667m de altura. Al otro lado del río se alza el imponente cerro Putucusi a cuya convexa cumbre aún rinden culto los descendientes del Inca. La línea del cielo está definida por dos picos andinos de nieves perpetuas: verónica (5.850 m) y Salcantay (6.257 m)
Mapa de ubicación
La abundancia de fallas provoca una gran fracturación de la roca madre. La cuña formada por el cruce de las dos fallas de mayor ángulo, conforma un bloque estructural deprimido en el que se ubicó la ciudadela. De una de las fallas brota el arroyo de Machu Picchu que recoge las filtraciones de la lluvia través de la tupida red de micro fallas existente, garantizando así un abastecimiento continuo de agua a la ciudadela. ¿De dónde venía el agua a la ciudadela? De la lluvia, claro.
Eso encontraron los incas: el agua que se filtraba. Y luego procedieron a canalizarla.
Mapa de situación
La construcción de la ciudadela
Tras el desbroce del terreno, se comprobó que era factible definir dos áreas diferenciadas, una urbana, que contendría los templos mayores y la residencia real, y otra agrícola. Una muralla externa adaptada a la orografía defendería ambas áreas de ataques del exterior y otra interna, abrigaría a los habitantes de la ciudadela. Una única puerta franquearía el acceso y la salida de la ciudadela a todos los que transitaran por el camino del Inca, que venía de Cuzco, la capital de un imperio que se extendía en 4.700 Km.
La base de toda esta planificación era la disponibilidad continua de agua, sin esto, no habría nada que hacer. Y fue el arroyo perenne que bajaba del cerro Machu Picchu, el encargado de bastecer el área por gravedad, siempre y cuando el canal a construir tuviera el diseño adecuado y la pendiente adecuados. El final del canal coincidiría con una serie de 16 fuentes, situadas en la paralela al trazado de la gran escalera que recorría la ciudadela. Como es lógico pensar, la residencia real y el templo del Sol estaban situados muy cerca de la primera fuente, para garantizar la máxima pureza del agua y su máximo caudal circulante.
Planificación basada en la disponibilidad continua de agua
Vista de la ciudadela