Cuando en 1844 se hicieron las primeras concesiones de caminos de hierro en España, acordó el gobierno ilustrarse con los informes de personas entendidas y nombró al efecto una comisión de ingenieros encargada de redactar las condiciones generales que habían de regir en su construcción. La comisión después de hacerse cargo de la mayor parte de las razones que se exponen a lo largo de este artículo, fijó en 1,672 metros (6 pies castellanos) el ancho de via que en España debía adoptarse, fundándola además en opiniones de distinguidos ingenieros del extranjero.
Distintos anchos de vía adoptados en los diferentes países del mundo. Fuente: Wikipedia.
"Tan debatida ha sido la cuestión del ancho de vía de los caminos de hierro en estos diez últimos años así en España como en el extranjero, que no creíamos que pudiera a nadie ocurrir duda alguna acerca de las ventajas de la de 6 pies que en nuestro país se ha adoptado como tipo para todos los ferrocarriles construidos y que hayan de construirse en los sucesivo. [...] Rayaría en lo absurdo intentar defender que en un mismo país no debe haber un solo ancho de vía en todos sus ferro-carriles."
Revista de Obras Públicas, 1854.
1ª Mejor distribución de las dimensiones y mecanismo de la máquina.- Dos son las principales mejoras que se obtienen en las máquinas: hacer las ruedas de mayor diámetro sin disminuir su estabilidad, y colocar los cilindros en el interior de manera que ejerzan mejor su acción motora y aprovechen más cantidad de vapor.
2ª Mayor potencia de vaporización en la caldera.- De aquí resulta que para una misma fuerza la máquina necesita menos longitud, consume menos cantidad de combustible y hay mayor facilidad en conservarla y repararla.
3ª Posibilidad de acortar el trazado en los países quebrados.- Esta ventaja resulta de que la máquina puede arrastrar una carga mayor con la misma velocidad y el mismo gasto de combustible que otra construida para vía estrecha; y por consiguiente, en igualdad completa de circunstancias, puede subir pendientes más fuertes, economizando cantidades inmensas en los gastos de construcción del camino.
4ª Más seguridad y mejor movimiento en los coches y vagones del tren.
5ª La explanación y obras de fábrica no alteran nada sus dimensiones.- Pues estas no depende del ancho de la via sino del de los carruages, y estos no son más estrechos porque aquella lo sea: buena prueba de ello es que la anchura de terraplén adoptada en España es más de un pie menor que la francesa.
6ª Los costes de explotación compensan los de construcción.- El exceso de coste del camino, aumento en el material fijo y móvil, se compensa con el ahorro en combustible.
7ª El inconveniente de apearse los viajeros se reduce.- Se reduce a la incomodidad que tendrán muchas veces dentro de España o de Francia, cuando cambien de empresa o por otros mil motivos, pues no hay ejemplo, ni es posible que lo haya, de que una persona camine 24 horas encajonada en un coche y sin la menor interrupción en un viaje de París a Madrid. La intemperie será la que sufran en el interior de la estación frontera.
Expuestas las ventajas de la vía española, así designada en el extranjero por su especial de 1,672 metros (6 pies castellanos) medidos entre los bordes interiores de los carriles, razones por las cuales el cuerpo de ingenieros de España ha dado siempre unánime su voto favorable a la vía de 6 pies ó 1,672 metros. Las opiniones de muchos y eminentes ingenieros, confirman nuestra acertada elección.